9 muertos hasta el momento en los terremotos de Lorca. Volvemos a ver cadáveres en la portada de los periódicos regionales.
Juan Antonio Carreras. Policía Local y criminólogo.
Trágicos sucesos los acontecidos en Lorca, conocida como la Ciudad del Sol, que este miércoles se ha vestido de negro tras los terremotos que se producía a media tarde y que han dejado 9 fallecidos hasta el momento.
Cornisas, balcones y hasta edificios enteros se vienen abajo ante el temblor del suelo, los lorquinos tienen que pasar la noche en plena calle. Las últimas cifras desvelan que aún hay personas desaparecidas; unos 300 heridos, y lo que es inevitable, 9 fallecidos.
Las imágenes que ofrecían las diferentes cadenas de televisión hacían presagiar que el morbo se asentaría inmediatamente ente nuestra mirada. Los cuerpos sin vida de varias víctimas se repetían una y otra vez, sin añadir nada nuevo a los comentarios que narraban el suceso. El morbo de que había fallecido un menor de edad y dos mujeres embarazadas no pasaban desapercibidos.
No quería ver las portadas de los dos diarios de referencia a nivel regional de la edición impresa del jueves, me temía que -como es característico en la información de sucesos- aparecería a todo color, destacado del resto de noticias y con un titular impactante el terremoto de Lorca. Pero albergaba una leve ilusión de que se evitase la aparición de algún cadáver, y no ha sido así, los dos diarios regionales han obrado casi de la misma forma, uno de ellos ofrece la fotografía a página completa, en portada y contraportada. El otro diario dedica media portada a la fotografía, que no deja de ser menos impactante. En ambas aparece el cuerpo sin vida (no de la misma persona) en posición ‘de cubito prono’, como se conoce en el mundo médico-policial. Hasta en un diario nacional se publica en portada la foto de un cadáver.
Ha podido el lector hacer una valoración de si quiere o no ver ese tipo de información gráfica. La respuesta ha sido de repulsa, a pesar de que los medios de comunicación obran de buena fe, sin maldad. Entonces tendremos que replantearnos una y otra vez si es esa la información que queremos, porque en caso contrario esa mañana no se habría vendido ni un solo diario, lo que haría pensarse dos veces a los directores publicar este tipo de imágenes. Son dolorosas porque tenemos que pensar que directamente hacen daños a los familiares y allegados del fallecido, y además nos duelen a todos de forma indirecta, es que no queremos ver eso.
Pero para eso constituimos hace ahora dos años, el seminario de víctimas y medios de comunicación (www.lavictimaenlosmedios.com), del que daremos luz a unas jornadas y presentación del libro este próximo 25 de mayo (http://wp.me/p9Trl-37K), para que la información sobre las víctimas, que se ofrece en los medios de comunicación se haga con el mayor respeto. Me duele mucho, lo digo de corazón, y me gustaría no estar escribiendo este artículo de opinión, porque tengo muy buenos amigos en ambos medios de prensa, algo que me condiciona al escribir, pero entiendo que no se ha seguido la línea que acordamos en el seminario y por eso escribo desde la ética y el respeto. Es más, respeto y admitro a Israel, autor de la fotografía que ha dado la vuelta al mundo, pero no olvidemos, que en la mayoría de los casos, los periódicos de medio mundo han dejado fuera el cadáver.
En las informaciones sobre sucesos hay que tener especial cuidado con el lenguaje, un riesgo que debemos evitar es el recurso al sensacionalismo. Sobre el tratamiento gráfico de los sucesos existe un debate constante sobre si se deben o no publicar fotografías e imágenes de contenido duro o violento, porque no hay ley que prohíba difundir estas imágenes escabrosas, tratándose más bien de una cuestión de ética y deontología periodística que pueden o no cumplir en el medio informativo. Algunos libros de estilo establecen que las fotografías con imágenes desagradables sólo se publicarán cuando añadan información.
Los atentados del 11-S en estados Unidos dejaron todo tipo de comentarios, pero tuvimos en España que sufrir la misma cobertura informativa con el atentado del 11-M en Madrid, donde también fueron muy criticadas las imágenes sobre muertos y heridos. Apelo a la portada de La Vanguardia tras el atentado, que titulaba “11-M en Madrid” y mostraba una gran fotografía con un vagón de tren destrozado por la explosión. Sobre esta portada, el Defensor del Lector señaló que “se evitaron las imágenes de cuerpos destrozados, tan reprobadas por muchos lectores, que consideran que sobre todo en las portadas –que cumplen en parte la función de tarjetas de presentación de la sensibilidad de un diario- deben evitarse las imágenes lacerantes” (…) “En este caso, “La Vanguardia” logró conciliar el deber informativo de no ocultar la dura realidad con la protección deontológica de la dignidad y el honor de las víctimas y de sus allegados”.
Cuidar el buen gusto en las imágenes tiene que ver con el propósito del fotógrafo español Javier Bauluz, a él no le interesa con sus fotografías revolver el estómago de los lectores, sino revolver sus corazones.
Desde el mayor de los respetos y sin ánimo de querer ofender a nadie con mi artículo, porque repito que tengo muy buenos amigos, tanto redactores como fotógrafos, lo publico en el blog de ambos medios para que desde todos los medios de comunicación de España, desde todas las Asociaciones, desde todos los colectivos de periodistas, se reflexione sobre el valor informativo de imágenes con cadáveres, porque mi intención (y no estoy solo) es que no se publique ni una más, NUNCA.
Quiero desde aquí expresar mi pésame más profundo a mis paisanos lorquinos, y enviarles mucha fuerza a los familiares y amistades de los fallecidos. Ánimo LORCA, pronto estarás tan guapa como siempre, que por algo eres la Ciudad del Sol.
* Adjunto las portadas para que el lector diga NO, no quiero ese dolor.
https://carris.files.wordpress.com/2011/05/2011-05-12.pdf
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