Juan Antonio Carreras Espallardo
Si de verdad la quieres podrías pararte a pensar por qué está ella contigo. Si está contigo es por algo, porque vio algo algún día en ti, algo de lo que ya no queda ni el rastro de lo que florecía en su día, algo que si buscamos dentro de ti no vamos a encontrar ya.
Piensa que le gustas, no lo eches a perder. Porque de la misma forma que se enamoró de ti también puede perder la ilusión y dejarte, y será porque te lo mereces.
Piensa que ella no es tuya. Si está contigo es porque ella quiere. Si te ha elegido es porque así lo decidió ella. Si te deja allá ella.
Piensa que ella no es un objeto. Es una persona. Igual que tú. No alardees de a cuantas mujeres te follas. Pues ella puede acostarse con muchos más hombres y no lo hace. Cuando te tiras a otra piensa que ella se está tirando a otro, así los dos iguales. No dejes que se escape tu poca hombría por la boca, no uses tu falsa fuerza contra ella, cobarde.
No te sientas menos que lo demás. Ella está contigo porque eres el mejor. Vales más que cualquier otro hombre para ella. No la cagues. Ya lo sabes, eres el que más vale. ¿Merece la pena calentarse la cabeza entonces?
Ella no es tu propiedad. Puede y tiene derecho a salir cuando le apetezca. Como tú. A crecer como persona. A crecer profesionalmente. A ser mejor. Tiene derecho a ser ella misma sin importar que esté o no contigo.
Ella es esa mujer tan guapa que conociste. Tiene que pintarse y ponerse guapa cuando sale. Contigo o sin ti. Deberías sentirte orgulloso de la gran mujer que te acompaña en el viaje. Deberías compartir con ella tus decisiones. Respétala, pues haciéndolo te estás respetando ti mismo.
Ella tiene derecho a renovar su vestuario. A ir como las princesas. Igual que tú. Pero ¿qué te has creído? ¿Qué eres su dueño?
No la cagues hombre. Ya sé que las leyes no respetan la igualdad. Pero precisamente gente como tú propiciaron esas malditas normas.
Dedicado a todos los maltratadores de mierda que humillan a sus mujeres. Y A ELLAS.
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